Selvas de cemento,
que se juntan amigablemente,
con las sombras del pasado.
Chimeneas sin arder,
pantallas gigantes
que anuncian sin anunciar,
que estallan en mil colores, ¡encegueciendo!
¡Con ruidos ensordecedores!
Mil ventanas sin rostro, sin flores.
Laberintos interminables...
¿Dónde estoy?
¿A dónde voy?
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