Ernest Hemingway, autor de "Colinas como elefantes blancos" y Adiós a las armas, y William Faulkner, autor de "Una rosa para Emily" e “Incediar establos”, ambos usan estrategias retóricas para contar historias a su audiencia general. Todas las historias tienen lugar entre el siglo XIX y el siglo XX. Los pasajes utilizan estrategias retóricas como tono similar, ambigüedad, una cierta estructura de la oración y un uso particular de la descripción. Usan tonos lúgubres y solemnes similares para crear una historia y un escenario misterioso. La ambigüedad también se usa comúnmente para hacer que el lector contemple la trama y los personajes. Ambos autores utilizan la ambigüedad y no revelan la idea principal de la historia (Teoría del Iceberg). Los estilos de escritura de Hemingway y Faulkner difieren aunque también parecen similares en formas como que Hemingway usa una estructura de oración corta y Faulkner usa oraciones complejas. Sin embargo, ambos usan mucha descripción y mucho contexto detrás de sus palabras.
Faulkner y Hemingway tienen usos de la ambigüedad similares y diferentes. La ambigüedad se usa de formas complejas en "Una rosa para Emily" y "Colinas como elefantes blancos". Ambos autores son similares en el uso de esta técnica retórica porque son muy vagos en la narración de las historias y dejan a los lectores reflexionando sobre cuál es la idea principal de la historia. En “Una rosa para Emily” de Faulkner, el autor narra: “Entonces nos dimos cuenta de que en la segunda almohada había el hueco de una cabeza. Uno de nosotros levantó algo de ella, y al inclinarnos adelante, sintiendo en las narices, seco y acre, vimos un largo mechón de pelo gris hierro”. Faulkner termina la historia con esta frase, da un cierre vago y poco claro para que el lector interprete lo sucedido, y no incluye detalles sobre lo que significa la oración en el pasaje. No está claro qué tiene que ver el cabello gris hierro con la historia después de leerla y pensar en ella. De manera similar, en “Colinas como elefantes blancos” de Hemingway, narra: "«Es realmente una operación terriblemente simple, Jig», dijo el hombre. «No es una operación en absoluto»". Hemingway no especifica qué es la operación ni para qué sirve. Es muy ambiguo cuando no dice sutilmente la idea principal de su historia y deja todo en contexto para que el lector lo descubra por sí mismo. Ambos autores se guardan ciertos aspectos o son ambiguos en su escritura. La diferencia de ambigüedad entre Faulkner y Hemingway es que Faulkner usa más descripciones que Hemingway. Faulkner deja pistas para que el lector descubra el contexto subyacente. Por ejemplo, en "Una rosa para Emily", Faulkner le cuenta al lector la historia de Emily, como la muerte de su padre, la ciudad que tiene un olor fétido que emana de su propiedad y la compra de arsénico, etc. El autor deja evidencias que pueden no ser claras hasta que se termina de leer la historia. Por el contrario, en “Colinas como elefantes blancos”, Hemingway no deja ningún indicio de que Jig esté embarazada y estén hablando de un aborto. En el diálogo entre Jig y el estadounidense, Hemingway no sugiere nada sobre el embarazo y el lector solo podría asumir que se trata de una operación que es muy común y puede conducir a la felicidad. El hecho de que la operación sea común y pueda conducir a la felicidad es muy ambiguo porque no se sabe cuál es realmente la operación. Hemingway y Faulkner tienen similitudes y diferencias con el uso de la ambigüedad.
Hemingway y Faulkner tienen similitudes y diferencias con el tono de sus historias. En "Incendiar establos" y "Colinas como elefantes blancos", el tono es muy lúgubre y solemne. Faulkner escribe, en "Incendiar establos", "el queso de cuyo olor era consciente y la carne hermética, enlatada, cuyo olor creían percibir sus intestinos, le llegaba en rachas intermitentes y efímeras en medio de un constante efluvio, el olor y la sensación de tener un poco de miedo, más que nada por la desesperanza y por la tristeza, la vieja y feroz pulsión de la sangre”. Faulkner usa un tono muy lúgubre en esta oración debido a la elección de palabras que usa para describir la situación amenazante y desesperada en el entorno en el que se encuentran los personajes. En el primer párrafo, el tono describe cómo va a fluir el resto de la historia y describe la emoción que el lector recibe al leerla y si la historia será más entretenida o más solemne. El tono misterioso y solemne es similar a “Colinas como elefantes blancos” de Hemingway porque dice: “«Y podríamos tener esto», dijo. «Y podríamos tener todo y cada día lo hacemos más imposible». «¿Qué dijiste?». «Dije que podíamos tener todo». «No, no podemos». «Podemos tener el mundo entero». «No, no podemos»”. Hemingway utiliza el diálogo para hacer el tono más solemne y hacer que el texto y el contexto sean intensos. Lo aplica al pasaje para hacer que la historia y el diálogo entre la estadounidense y Jig suene muy serio y hace que parezca que la pareja realmente no tiene ninguna esperanza cuando la estadounidense rechaza todo lo que dice. El estadounidense cree que la mejor manera de ser feliz es abortar y esto hace que la historia parezca muy seria. Estos tonos, que ambos autores utilizan, son parte de la estrategia retórica de ambos autores.
Faulkner y Hemingway tienen estilos de escritura similares y diferentes en el cuanto a la estructura oracional y el uso de la descripción. Hemingway usa mucho diálogo y escribe en una estructura de oración muy corta, mientras que Faulkner usa mucha descripción y escribe en oraciones largas y complejas. Por ejemplo, en “Una rosa para Emily” de Faulkner dice: “Cuando el negro abrió los postigos de una ventana, vieron que el cuarto estaba agrietado; y cuando se sentaron, un leve polvo se elevó perezosamente girando en lentas motas el único rayo de sol”. Faulkner usa oraciones largas y complejas para describir el escenario de la historia y acude a descripciones para crear imágenes para el lector. Su estilo de escritura es efectivo porque cuenta la historia de una manera visionaria. Por el contrario, el estilo de escritura de Hemingway es muy breve y usa mucho diálogo en su escritura. Por ejemplo, en Adiós a las armas dice: "Desprendió algo de su cuello y me lo deslizó en la mano. «Es un San Antonio», dijo, «y ven mañana por la noche». Comparado con Faulkner, Hemingway usa el diálogo para crear la escena en el libro. No describe completamente la situación o el entorno como lo hace Faulkner y es muy conciso en su escritura porque es muy sencillo y breve al explicar la situación, mientras que Faulkner puede describir una situación o un entorno de una manera muy larga e imaginativa. Sin embargo, el uso que hace Hemingway del diálogo y las oraciones cortas puede ser descriptivo de una manera que no parezca tediosa o repetitiva. Los estilos de escritura de Hemingway y Faulkner son diferentes en la forma en que Hemingway usa oraciones cortas y Faulkner usa frases complejas. Son similares en estilos de escritura en la forma en que describen una situación. Por ejemplo, en Adiós a las armas dice:
Un día, en el campo, tiré al fuego un tronco lleno de hormigas. Cuando empezó a arder, las hormigas se trastornaron y se precipitaron primero hacia el centro, donde había fuego; luego, dando media vuelta, corrieron al otro extremo. Cuando estuvieron todas allí, cayeron al fuego. Algunas escaparon, con el cuerpo quemado y chafado, y huyeron sin saber dónde iban. Pero la mayoría corrió hacia el fuego, luego hacia la extremidad fría, donde se amontonaron para caer finalmente al fuego.
La estructura de oraciones cortas de Hemingway es similar a la de Faulkner debido al uso del simbolismo y la ambigüedad. Hemingway cuenta una breve anécdota de las hormigas y el fuego que simbolizaba o era ambigua para las experiencias de Henry hasta el momento. Henry estaba esperando a Catherine cuando ella estaba a punto de morir. Henry sintió que no había nada que pudiera hacer y se comparó con las hormigas que se describen. Este uso de la descripción es similar al de Faulkner porque en “Una rosa para Emily” usa un tipo de descripción similar al de Hemingway. “Estuvo enferma mucho tiempo. Cuando la vimos otra vez, se había cortado el pelo bien corto, haciéndola parecer una niña, con una vaga semejanza a esos ángeles en las vidrieras de colores de las iglesias, algo así como trágica y serena”. El narrador señala la apariencia de Emily a medida que pasa el tiempo y su apariencia cambia drásticamente tan pronto como cambia el estado de ánimo de la historia. Esta ambigüedad y simbolismo es similar a los de Hemingway porque es una forma de describir la escena de la historia de una manera diferente. La descripción de la situación parece vaga y no es fácil de entender porque la descripción de Emily por parte del narrador presagiaba el hecho de que algo inesperado estaba por venir. La descripción de Henry de las hormigas y sus experiencias también presagian esto.
Faulkner y Hemingway usan estrategias retóricas similares y diferentes debido a su uso de ambigüedad, tono y estilos de escritura. Son similares en cuanto al uso de la ambigüedad y de pistas en su escritura para que el lector piense más en la historia, también porque ambos usan el mismo tono sombrío y taciturno para dar forma a la historia. Sus estilos de escritura son diferentes porque Hemingway escribe en oraciones muy cortas mientras que Faulkner escribe en oraciones largas y complejas. Sin embargo, su uso de la descripción es similar. Estas estrategias retóricas se aplican en todos sus trabajos y son efectivas.
Artículo (traducido y adaptado) extraído de https://www.fusfoo.com/article/6786/Hemingway-vs-Faulkner-by-JESSICA-KOBILAS.html
Obras citadas:
Faulkner, William. "Una rosa para Emily". En 50 ensayos: una antología portátil
Faulkner, William. "Incendiar establos". En 50 ensayos: una antología portátil
Hemingway, Ernest. Adiós a las armas
Hemingway, Ernest. "Colinas como elefantes blancos". En 50 ensayos: una antología portátil
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