viernes, 23 de octubre de 2020

El doble en la narrativa de Borges y Cortázar

Uno de los misterios a los que ha de enfrentarse cualquier persona con un mínimo de inquietudes existenciales es el de construir su propia identidad. A lo largo de su vida, el ser humano intenta configurar y definirla, y es en ese proceso cuando se encuentra con que es un ser dual dotado de un cuerpo y de un alma. En esa búsqueda de la identidad, el ser humano siente un desdoblamiento de sí mismo, al producirse la dualidad entre lo que es y lo que le gustaría ser. Toda persona se halla ante esta problemática, ya que se encuentra en un proceso continuo de irse haciendo a través de las decisiones que toma. El problema surge cuando esa dualidad se convierte en obsesión, afectando a la propia personalidad y salud mental. Es aquí donde entra en juego la figura del doble o doppelgänger, vocablo alemán inventado por Jean-Paul Richter en 1776 para hablar del doble fantasmagórico de una persona. La palabra procede de doppel, que significa “doble”, “copia”, “duplicado” y ganger, que significa “andante.” El sujeto se ve a sí mismo en alguien idéntico a él que le acecha y esto le provoca angustia y desasosiego.

Los Doppelgänger han aparecido en gran número de obras literarias. Entre algunas de las piezas que se han acercado a este motivo destacan: Las Metamorfosis de Ovidio, Anfitrión, de Plauto, El hombre de la arena, de Hoffman, Don Quijote (piénsese en la segunda parte cuando el protagonista y su fiel escudero Sancho descubren unos dobles de ellos creados por un escritor llamado Avellaneda), William Wilson de Edgar Allan Poe, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson, El retrato de Dorian Gray (donde el retrato actúa como conciencia de la degradación moral a la que se ha visto sometido el protagonista) de Oscar Wilde, El hombre duplicado de José Saramago, La mujer de verde de Cristina Fernández Cubas y Las luces de septiembre o El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón, entre otros.

El cine también se ha hecho eco de esta enigmática figura en películas como El doble de Robert Mulligan, La invasión de los ladrones de cuerpos de Don Siegel, la inquietante Reflejos de Alexander Aja, El escondite de John Polson, Mi otro yo de Isabel Coixet, El amante doble de François Ozon, Your name de Makoto Shinkaiy Otra tierra de Mike Cahill. En esta última película se descubre que existe otro planeta Tierra idéntico al nuestro. Por lo tanto, surge la posibilidad de que pueda haber otro “yo” y de si ese otro “yo” habrá cometido los mismos errores que el “yo” de aquí. 


BORGES Y EL DOBLE

En la narrativa de Borges aparecen multitud de temas y obsesiones como los cuchillos, los laberintos, las bibliotecas infinitas y el que nos interesa en este caso, el del doble. 

"El otro" pertenece a El libro de arena, de 1975, obra de la última etapa del autor que se caracteriza por el retorno a los motivos fantásticos que ya habían aparecido en obras anteriores como El Aleph, de 1945. El protagonista (el mismo Borges) escribe en 1972 sobre un acontecimiento que tuvo lugar en 1969 al norte de Boston, en Cambridge. Un Borges ya anciano se encuentra con su doble (una versión de 1918, más joven), que dice que se halla en Ginebra. El doble se muestra desconcertado y desconfiado. Piensa que, en cualquier caso, él es el verdadero Borges. El Borges narrador siente un amor de padre por esa criatura que acaba de conocer. Entabla un diálogo con su otro yo para demostrarle que ambos son la misma persona. Dice: “Éramos demasiado distintos y demasiado parecidos. No podíamos engañarnos, lo cual hace difícil el diálogo. Cada uno de los dos era el remedo caricaturesco del otro” (Borges, 1985: 108).

Aunque ambos personajes se reconocen como el mismo, también se descubren diferentes. No piensan de igual manera sobre determinados temas y han modificado sus preferencias literarias. El encuentro junto a un río (Ródano y Charles) no resulta casual ya que el río, desde la filosofía de Heráclito simboliza el fluir del tiempo. El Borges narrador está ya ciego. Resulta de enorme belleza la manera en que Borges/anciano aconseja a Borges/joven que no ha de temer a la ceguera que irá afectando poco a poco a su vista: “Cuando alcances mi edad habrás perdido casi por completo la vista. Verás el color amarillo y sombras y luces. No te preocupes. La ceguera gradual no es una cosa trágica. Es como un lento atardecer de verano” (Ibid.: 109).

Es un cuento ambiguo. No sabemos realmente si ese diálogo tuvo lugar en un sueño y de haber sido así, no sabemos qué personaje soñó a quien: ¿El Borges narrador al Borges joven? ¿O el Borges joven al Borges narrador? Posiblemente ambas respuestas sean correctas. Este relato resulta interesante ya que en él nos encontramos tres versiones de una misma persona: 

- Borges autor: pertenece a la realidad del lector. Es el ser real que escribe e inventa el relato.
- Borges narrador de los hechos.
- Borges joven: podría ser considerado una personificación de un recuerdo evocado por el Borges anciano que escribe el relato.

Los tres Borges unidos configuran la personalidad de Borges, constituyendo diferentes capas de una misma alma. 

Esta confusión de identidades contribuye a crear la ambigüedad alrededor de Borges, quien a través de su relato reflexiona sobre quién es y sobre quién ha sido. También se medita sobre los límites entre el yo y los otros e incluso sobre la distinción entre los personajes y la persona que los crea.

Otro texto que conviene destacar de Borges en cuanto a la aparición del motivo del doble es Borges y yo. En este breve relato, Borges muestra, en cierta manera, su temor a desparecer. Es por ello que decide traspasar parte de su esencia a su otro yo, es decir, a aquel yo de sus relatos:“Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar”. 

Las palabras finales con las que se cierra el relato son reveladoras de esa duda sobre la propia identidad: “No sé cuál de los dos escribe esta página”.


CORTÁZAR Y EL DOBLE

"Lejana" es uno de los relatos que componen Bestiario (1951). Se trata del primer cuento en el que Cortázar trata la figura del doble o doppelgänger. En este relato aparece el tema del doble y la relación de la protagonista con su otro yo a través de las distancias espaciales. Alina Reyes es una pianista joven de buena familia que vive en Buenos Aires. Tiene una vida tranquila y sin preocupaciones asistiendo a conciertos y al teatro. Sin embargo, su tranquilidad se va resquebrajando poco a poco cuando descubre que hay otra persona que trata de comunicarse con ella a través de los sueños. Esa presencia difusa va adquiriendo un contorno más preciso en la medida en que avanza el relato, hasta que se aclara que ese ser que interfiere en su mundo es una mendiga de Budapest, que es maltratada por un hombre. La presencia del doble se convierte en una obsesión para Alina. Es por ello que decide ir en busca de su otro yo. Alina se casa con Luis María y va de luna de miel a Budapest, con el propósito secreto de encontrarse con su otro yo. Allí se encuentra con la mendiga en un puente. Ambos personajes se abrazan, y ocurre entonces el intercambio de sus almas. Alina se queda atrapada en el cuerpo de la mendiga mientras que la otra se va en el cuerpo de Alina.

El cuento está escrito en primera persona como si fuese un diario de Alina. En el momento en que Alina va a Budapest, la narración en primera persona deja paso a la narración en tercera persona:“Alina Reyes de Araóz y su esposo llegaron a Budapest el 6 de abril y se alojaron en el Ritz. Eso era dos meses antes de su divorcio” (Cortázar, 1984: 47). Ese intercambio de almas, además de remitirnos a la metempsicosis platónica, ha sido tratado en dos films como Ponte en mi lugar de Mark Waters y Your name de Makoto hinkai. 

En el relato de Cortázar, el doble se manifiesta a través de los sueños, lo cual genera insomnio en la protagonista. Alina comienza a experimentar el frío y el dolor que siente la mendiga en Budapest. Esa frialdad de Budapest se opone al calor de Buenos Aires. A pesar de todo ello, Alina se siente incompleta. Siente que le falta algo en su personalidad. Esta carencia provoca la búsqueda para encontrar lo que le falta. Alina se percata de que hay una parte de ella en otro lugar. Siente que la vida de fiestas en Buenos Aires no consigue llenarla precisamente porque una parte de su ser se encuentra en otro lugar del mundo. Finalmente, Alina quedará atrapada en el cuerpo de la mendiga. Era este el único modo que tenía de ayudarla. El puente termina convirtiéndose, por tanto, en un lugar simbólico ya que es en este espacio donde se produce el intercambio de almas, o bajo mi interpretación, de dos fragmentos de una misma alma. El sentimiento de odio inicial de Alina hacia la mendiga se transforma en un sentimiento de compasión. Ese sentimiento surgiría de la conciencia de descubrirse en el otro yo.

El tema del doble vuelve a aparecer en la novela Rayuela, donde el personaje central, Horacio Oliveira, se siente como el doble de su amigo Traveler. De igual manera, siente que Talita (esposa de Traveler) es un doble de la Maga. El sentido del doble vuelve a ser la imperfección que siente el personaje, en este caso Horacio. Este se siente incompleto. A lo largo de la novela observamos que está en una búsqueda constante de su propia identidad, primero por las calles de París y finalmente por las calles de Buenos Aires. La ciudad de Buenos Aires termina siendo un reflejo/doble de la ciudad de París.

El propio juego de la rayuela, a mi modo de ver, sería la búsqueda de la identidad del personaje. Esa búsqueda incansable de la que da muestras el personaje de Oliveira concluiría con la unión definitiva en la última casilla de las dos mitades de Horacio cuando decide saltar por la ventana. Mientras que en Lejana, los espacios del lado de acá y de allá se corresponden con Buenos Aires y Budapest, respectivamente, en Rayuela, tenemos Buenos Aires y París. El parecido físico entre Horacio y Traveler es notado por Talita en el capítulo 44: “Cómo te parecés a Horacio—dijo Talita—.Es increíble cómo te parecés” (Cortázar, 2013: 429). 

En un diálogo que mantienen Traveler y Oliveira en el capítulo 56, el último le dice al primero hablando de ambos: “Como dos mellizos que juegan en un sube y baja, o simplemente como cualquiera delante del espejo. ¿No te llama la atención, dopplegänger?”(Ibid.: 499).

Para Oliveira, Traveler y Talita representan la pareja que a él le hubiese gustado formar con la Maga. Es por ello que Horacio ve en ellos el deseo frustrado de su amor por Lucía. Oliveira proyecta la imagen de la Maga sobre Talita. De esta manera, Talita compensaría la pérdida de Lucía que ha sufrido Horacio. Él se concibe a sí mismo como doble de Traveler. Sin embargo, en el capítulo 56, Traveler se enfada con Oliveira y le advierte:

El verdadero doppelgängersos vos, porque estás como desencarnado, sos una voluntad en forma de veleta, ahí arriba. Quiero esto, quiero aquello, quiero el norte y el sur y todo al mismo tiempo, quiero a la Maga quiero a Talita y entonces el señor se va a visitar la morgue y le planta un beso a la mujer de su mejor amigo. Todo porque se le mezclan las realidades y los recuerdos de una manera sumamente noeuclidiana”(Ibid.: 500).

En este fragmento queda patente que el único que percibe el doble es Horacio. Su obsesión por la Maga llega hasta tal punto que se la imagina en otra persona. El lector se da cuenta de que Horacio sufre alucinaciones. En el mismo capítulo, más adelante, cuando Horacio está a punto de saltar por la ventana, Traveler le dice a Oliveira que Talita no es la Maga, a lo que este responde: "—Yo sé que es Talita, pero hace un rato era la Maga. Es las dos, como nosotros. —Eso se llama locura—dijo Traveler”(Ibid.: 506).

A lo largo de la novela, Horacio anda tras la búsqueda constante de sí mismo. Esa búsqueda concluye con un encuentro consigo mismo, lo cual supone caer en la casilla del Cielo de la rayuela.


FUENTE: Zuloaga Jiménez, Manuel. "El doble en la narrativa hispanoamericana".


Los cuentos y la novela mencionados pueden leerse on-line en los siguientes enlaces:

- Borges, Jorge Luis. "El otro".

- Borges, Jorge Luis. "Borges y yo".

- Cortázar, Julio. "Lejana" 

-Cortázar, Julio. Rayuela

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