Ramón Gomez de la Serna empezó a buscar la innovación literaria tal vez antes de cualquier otro vanguardista español. Ya mucho antes de la Primera Guerra Mundial, Gómez de la Serna estaba en contacto con el futurista Marinetti, traducía importantes textos artísticos en las páginas de su revista literaria Prometeo, dirigía una tertulia literaria (entonces famosa) en el café El Pombo y ganó fama por su comportamiento único e iconoclasta. Llegó a ser más tarde, y para la Generación del 27 en particular, un maestro literario, un ejemplo del artista innovador.
Ramón Gómez de la Serna nació en Madrid en 1888 y murió en Buenos Aires, donde residía desde la guerra civil, en 1963. Vivió entregado exclusivamente a su trabajo de escritor. No intervino en cuestiones políticas o sociales, si bien profesó ideas de tipo libertario en su juventud.
Tanto su obra como su vida son una perpetua ruptura con las convenciones. Pronuncia conferencias vestido de torero, o en un circo, a lomos de un elefante; celebra un banquete en un quirófano, u organiza otro en el que sólo se consumen medicamentos… Lo extraño, lo anormal, lo grotesco, lo provocativo, definene el ambiente en que hace crecer su obra. Fue famoso su “torreón” de la calle de Velázquez, en cuyo despacho se amontonan cuadros, fotografías, muñecas de cera, pistolas, máscaras, bolas de cristal…
Su obra extensísima tiene como eje y base la greguería. Con este nombre (que en español significa “algarabía”, en su doble sentido de alboroto y de lenguaje incomprensible) designó Ramón un género inventado por él hacia 1910.
Las greguerías son textos breves semejantes a aforismos, que generalmente constan de una sola frase expresada en una sola línea, y que expresan, de forma aguda y original, pensamientos filosóficos, humorísticos, pragmáticos, líricos, o de cualquier otra índole.
Algunos ejemplos de greguería:
- La Zeta es un siete que oye misa
- Las bellotas nacen con huevera
- Las golondrinas son los pájaros vestidos de etiqueta
- Intenté suicidarme, y casi me mato.
Greguería = Humorismo + Metáfora.
En muchos casos, la greguería es como un chiste: ” Hay unas beatas que rezan como los conejos comen hierba“. En otros, se acerca a la máxima filosófica:” Nos desconocemos a nosotros mismos, porque nosotros mismos estamos detrás de nosotros mismos“. En ocasiones, alcanza una profunda gravedad: “Hay suspiros que comunican la vida con la muerte“. Otras son de un denso lirismo: “De la nieve caída en el lago nacen los cisnes“. Muchas nacen de puras y caprichosas relaciones verbales: “Un tumulto es un bulto que les suele salir a las multitudes“.
En muchos casos, la greguería es como un chiste: ” Hay unas beatas que rezan como los conejos comen hierba“. En otros, se acerca a la máxima filosófica:” Nos desconocemos a nosotros mismos, porque nosotros mismos estamos detrás de nosotros mismos“. En ocasiones, alcanza una profunda gravedad: “Hay suspiros que comunican la vida con la muerte“. Otras son de un denso lirismo: “De la nieve caída en el lago nacen los cisnes“. Muchas nacen de puras y caprichosas relaciones verbales: “Un tumulto es un bulto que les suele salir a las multitudes“.
ACTIVIDAD
Las siguientes greguerías están desordenadas.
Ordenalas como creas que corresponde y envialas por correo a la profesora:
Ordenalas como creas que corresponde y envialas por correo a la profesora:
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