el silencio, el dolor,
la piedad y la esperanza.
La sangre brota y estalla en
la tierra fértil.
La vida y la muerte con un
mismo impulso: en la
eterna carrera donde el
demiurgo del tiempo define
la pausa.
Y de pronto el día:
la palabra, el abrazo
el eterno encuentro latiendo
en la promesa
de un nuevo amanecer.
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