Sobre el vacío
propio de la nada
ingenuo, sin mañana,
el ser inevitable emerge .
Revolotea alto la tristeza,
el desengaño,
y el pájaro no encuentra ya guarida.
Cae la libertad, la esperanza.
Sombras y más sombras
como espejos desafiantes
se acercan, se distancian,
vaticinando la caída no esperada.
El silencio penetra y es abrigo
en esta noche.
El silencio como siempre,
fiel compañero del otrora ser y
del ahora... nada.
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