sábado, 22 de agosto de 2020

El quirquincho burlado - Adriana V

EL QUIRQUINCHO BURLADO

Una tarde sofocaa, la Juana sacaba'el horno'e barro el pan caliente y lo ponía en la mesa desvencijaa'el patio pa'enfriar en la polvarea...

Uno a'uno sacó sus tesoros del juego (fuego) y se jue pa'dentro'e la tapera a rifriscarse.

En eso, un zorro que perdía su tiempo rascándose las pulgas, olfateó el manjar.

Siguió su nariz hasta donde lo llevaba. Y den'repente, ¡¡¡lo encontró!!! ¡¡¡Pancito caliente pa'la tripa estridente!!! Saltó, se relamió y se tragó unos panes aún quemándose la trucha.

Un griiitaaazo de "¡¡¡Jueeeraaaa bichooooo'el demoniioooo!!!" lo asustó. Y ai'nomá la Juana le acertó la chancleta en la jeta.

Escondido bajo un yuyo, el bicho peludo se relamía y lavaba las patas.

Al rato, se le acercó el quirquincho. Pocos amigos eran. El carcajo enano y fiero saludó al zorro.

—¿Qué hacé, fierita?

El zorro'e mala entraña y burlón comentó, a propósito:

—Me chupo las migas del pan que le robé a la china esa.

—Uhhhh... ¡con el ruido a tripa vacía que tengo zorrito! ¡Hace días que no manduco naaa!

El zorro vio la oportunidad de burlarse y lo alentó:

—¿Y porqué no vas a comerte el pan vos también?

—¡Tené razón, compadre! Cuando sienta olorcito a pan caliente, me voy'pal patio y me lleno la panza.

Así fue. El quirquincho sintió el aroma y fue pal patio apurao.

Nadie había a la vista: hora de atacar. Quiso subir a la mesa, una patita y después la otrita. ¡Y resfaló! De nuevo: una pata y la otra. ¡Cayó! Repitió, osesionado el bicho: una pata y otra. Y cayó de espalda. Imposible trepar.

—¡¡Ahijuna, caraajooo!! —el quirquincho enojaoo.

Otra vez más y ¡¡tampoco!!

El zorro que lo observó de lejos se acercó pa reírsele en la cara y gritarle:

—¿Vos te creíste capaz de subir a la mesa? Ja ja ja, tarado. ¿No've que so'un bicho insinificante?

—Hay bichos malos por acá, pero como vos, ninguno, ¡¡¡zorro e'porquería!!! ¡Te parta un rayo mal yevao!

Y enojadísimo se fue más rápido de lo que llegó y con la panza vacía. Muerto de risa, el zorro, se fue feliz por el camino empolvao habiéndo embromao al pobre quirquincho.

                                                                               

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