Cuenta la leyenda que había una laguna que por la falta de lluvia se secó. Los nativos rezaron a los dioses y estos les pidieron que les ofrenden a tres bellas jóvenes de la tribu. El cacique eligió a tres doncellas para el sacrificio. Las madres de las mismas lloraron formando nubes y así llovió por varios días llenándose la laguna.
Un día, aparecieron tres cisnes con sus cuellos negros y las madres vieron en ellas a sus hijas, consolándose de la pérdida. Desde entonces, siempre hay cisnes en la laguna. La misma queda entre Mar del Plata y Balcarce.
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